De cómo llegué a la quinta nube

En este limbo cibernético se acumularán las publicaciones de cinco años ininterrumpidos de crónica actual, además de otras que se me vayan ocurriendo.

martes, 5 de junio de 2012

MULTITASKER




No, no es el nombre de un equipo de fútbol, es el modelo ciudadano de la nueva centuria:  el multitasker.  Conocido por su término anglosajón, se refiere al humanoide capacitado para varias funciones a la vez:  maneja su carro, conduce su vida, resuelve asuntos por teléfono y corrige las asignaciones del niño que simultáneamente juega, chilla y brinca en el asiento de atrás.  Este talento para la dispersión que tienen algunos individuos, contrasta con el paso lento y monodirigido del resto de la humanidad.

Los habrán visto alguna vez, andan siempre ocupadísimos.  Van apresurados, con cables guindándoles de las orejas, con luces que prenden y apagan como muñecos de cuerda, siempre enfrascados en animadas conversaciones fantasmales.  Admiro la destreza con la cual aconsejan a un colega por una línea e imparten órdenes maternales por la otra, mientras llenan un formulario y untan un pan con mantequilla.  Los observo, maravillada ante tal exhibición de soltura y eficiencia.

Yo, por mi parte, parezco cada vez más inepta para vivir en estos tiempos.  Me siento como la tortuguita después del paso del velocísimo conejo, girando en el suelo sobre su caparazón invertido.  Aquí estoy, con las patitas al aire, panza arriba, ojos al cielo, incapaz de avanzar en línea recta por las rapidísimas vías del progreso, zarandeada por la corriente de aire y el vacío que dejaron a su paso los exitosos congéneres.

Hay días en los que me rebelo contra esta nueva condición y me obstino en llevarles la contraria:  ¿A dónde van con tanta prisa?  ¿Qué inaplazable faena impide que me dediquen toda su atención?  ¿Podrán esperar a que piense y me decida? ¿Tolerarán que les hable mirándolos a los ojos?  ¿Tengo derecho a ocupar algún lugar entre este afanado gentío? 

Son los momentos en los que me reafirmo en la parsimonia: que esperen - les digo a los desesperados multitaskers - una cosa a la vez, con calma.  Veloces, pasan a mi lado los habitantes del futuro, y yo, quieta, panza arriba, quedo girando sobre mi caparazón, mirando el cielo.


Publicado en El Nuevo Día, el 4 de abril de 2007.

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